Translate

domingo, 13 de septiembre de 2015

Sabias que cada Año te Comes 8 arañas Mientras Duermes



En las leyendas urbanas solemos encontrar un factor común: aprovechar un temor racional de la gente para construir una historia ilógica. El ejemplo más evidente es la chica de la curva: conducir de noche sin compañía por una oscura carretera secundaria asusta. Y en esa circunstancia es fácil sugestionarse hasta pensar que tras la siguiente curva una «no muerta» se va a subir a tu coche para darte un susto o un aviso.

Otro terror más mundano pero absolutamente espantoso del que también se han construido leyendas es sobre lo que ocurre con nuestros compañeros de habitación mientras dormimos. Y no, no hablamos de los populares «visitantes de dormitorio» de los que prometemos hablar más adelante en este blog, nos referimos a qué pasa con los insectos que merodean nuestras camas y habitaciones. Hay una historia tremendamente extendida en internet que menciona a un estudio con un dato estremecedor: cada año ocho arañas se introducen en nuestra boca mientras dormimos. Es lógico que con ese dato asqueroso, y con la decena de lugares en las que se da credibilidad a esta historia, mucha gente se haya «tragado» el bulo. Más en estos meses de verano, cuando la gente acude a su segunda residencia, sea en el pueblo o en la costa, y se encuentra la casa con alguno de estos «monstruos» de patas peludas.


Antes de desvelar su origen veamos qué dice. Hay de todo. Una versión asegura que a lo largo del año se introducen en nuestra boca y tragamos inconscientemente ocho arañas. Otro «estudio» más conservador dice que son ocho a lo largo de nuestra vida. Sea como fuere la cosa parece clara: nuestro cuerpo (la boca, más concretamente) se convierte en el refugio nocturno de este tipo de seres. ¿Le parece ilógico?¿Se lo cree?¿Confía en la fuente? Quizá así contado no; pero esta leyenda urbana lleva triunfando en internet desde su expansión mundial.

Añadamos un poco de lógica al asunto. Si has intentado alguna vez tocar a una araña (con un palo o con cualquier artilugio) habrá visto como ésta, según nota su presencia, trata de huir. La mayoría de los bichos lo hacen ¿Se imagina ahora que por la noche un animal con instinto de supervivencia va a querer introducirse en un sitio húmedo y caliente y que no para de moverse? No lo hará, su instinto se lo impide. Y si sigue preocupado, piense en todos los hombres que durante siglos han dormido a la intemperie y han sobrevivido. Si el cuerpo humano no hubiera «repelido» estas agresiones nocturnas poco hubiéramos durado. Vamos, que si una araña de noche se acerca e intenta introducir por error en tu boca, tú inconscientemente la apartarás o te despertarás. Igual que te subes y bajas el edredón si tienes calor o frío mientras duermes o te das la vuelta cada rato.


El origen: ¿Otra leyenda?

Hay que buscar la pregunta correcta: ¿de dónde surge esta historia? Todo apunta a que en 1993, en enero, la periodista Lisa Holst escribió en la revista PC Professional un artículo con el objetivo de demostrar lo fácil que es hacer circular falsas noticias y virales a través de la Red (en aquella época por cadenas de correo electrónico) y cómo la gente asumía las cosas sin pensar. Así, en aquel supuesto artículo, desarrolló la historia de las arañas que, según exponía, había leído en un libro de 1954. Y decimos supuesto porque hay un detalle que hace más curiosa y enrevesada esta leyenda: la publicación del supuesto artículo y la vida de la periodista podrían ser también mentira. No se ha encontrado rastro de aquella publicación, ni otros textos de Lisa Holst, ni siquiera del libro de 1954 al que se referenciaba. Estaríamos ante otro bulo más creado en internet construido a partir de otro bulo (y de esto tiene buena parte de culpa la popular web Snopes). Y es que parece que la leyenda de las arañas se convierte en una leyenda al cuadrado. La metaleyenda. La magia de la Red.

No hay comentarios:

Publicar un comentario